Esta semana les quiero compartir la boda de Analisa y Erasmo, una boda tradicional, elegante, pero única a su vez. Para conocer los detalles, sigue leyendo…

Una Boda Elegante

Que lindo vivir en un mundo donde no todas las bodas son blancas. Donde hay toques delicados de color—morados, y azules, y rojos tenues—follajes y arreglos sueltos, donde la novia camina con elegancia, se viste de elegancia, ese es el color de la noche.

De mi trabajo disfruto muchos aspectos (aunque siempre se avecinen las ansiedades típicas) y uno de ellos es conocer a las novias, a estas mujeres dulces y radiantes, y ayudarles a concebir este día soñado. Analisa era una de esas novias, elegante y asegurada, y su boda fue un reflejo de eso.

Colores y Tradiciones

La boda de Analisa y Erasmo fue uno de esos momentos que, en futuras recolecciones, el invitado le diría a otro, tuviste que estar allí. No basta en describir los tonos de rojos, combinados con follajes y otros detallitos verdes, para explicar bien el ambiente y los colores del atardecer. Ni podría encontrar la palabra más precisa para el rosado de los ramos de rosas. O el ángulo preciso del sol a medida que se reclinaba en el horizonte, en un jardín donde hacia una vez la novia jugaba como niña.

¿Será que les enumero las velas, infinitas, delineando cuerpos en los cortinajes, parejas felices que bailaban y bailaban bajo un árbol milenario, y que la luz nunca desapareció por completo? O las tradiciones de encajes, y las alfombras embotellando las risas y la alegría de aquella tarde, guardándola para alguna fecha distante, o las lámparas de cristal y los candelabros altos…

Así fue. Romántica, elegante, tradicional (y no tan tradicional), divina. Tal vez si tuviste que estar allí. Los que lo estuvieron podrán contarte.