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Recuerditos de bautizo: detalles que sí se guardan

Diseño de Eventos

El blog:

En un mundo lleno de cosas que se olvidan, yo creo en los detalles que se guardan.
Y en los bautizos, uno de los momentos más puros y simbólicos que se pueden celebrar, cada elemento tiene un significado especial —incluidos los recuerditos.

No me gusta dar algo “porque toca” o “porque se acostumbra”. Me gusta pensar en los recuerditos como una extensión del evento, del cariño, de la historia familiar que estamos celebrando. Algo que los invitados reciban con una sonrisa… y el deseo real de conservarlo.


1. ¿Por qué damos recuerditos en un bautizo?

Más allá de la tradición, el recuerdito es una forma simbólica de agradecer la presencia de alguien en un momento tan íntimo.
Es decir: gracias por estar aquí, por acompañarnos, por querer a nuestro hijo (o hija).

Y como todo lo que hago en mis eventos, me gusta que estos regalos tengan propósito, belleza y emoción.


2. ¿Qué debe tener un buen recuerdito?

Para mí, un recuerdito perfecto debe cumplir tres cosas:

  • Estética: que sea visualmente armonioso, que combine con la decoración del evento.
  • Funcionalidad o simbolismo: que tenga un uso real o un valor emocional.
  • Presentación: que esté cuidadosamente empacado, con intención.

Porque no se trata solo del objeto, sino de la experiencia de recibirlo.


3. Algunas ideas que me encantan (y que mis clientes también adoran)

Aquí te comparto algunas de mis ideas favoritas, que he utilizado en eventos especiales, y que siempre provocan ese “¡ay, qué divino!” que tanto me gusta escuchar:

• Velitas artesanales personalizadas

Con aromas suaves (lavanda, vainilla, sándalo), en frascos de vidrio esmerilado o cerámica.
Acompañadas de una tarjetita con el nombre del bebé y la fecha del bautizo.

• Agua bendita en un frasco divino

Un recuerdo con intención que tus invitados sin duda van a usar.
Puedes incluirlo en una bolsita de lino o algodón crudo, con una tarjeta.

• Símbolo religioso delicado

Una pieza pequeña, simple, hecha a mano. Es un detalle que muchas personas guardan por años.

• Mermeladas, miel artesanal o algo que sea de una receta personal de la familia que atesoras

Ingredientes locales y etiquetas personalizadas. Un toque delicioso y casero.

• Mini acuarelas o estampas religiosas

Con ilustraciones hechas a mano del ángel de la guarda, una cruz botánica o una cita bíblica. Enmarcadas o impresas en papel de algodón.

• Jabones o sachets naturales

Con aromas suaves, en tonos neutros. Perfectos para un evento elegante y orgánico.

• Canastas, en caso no tengas una recepción después del bautismo

Con flores frescas para que decoren la sala de su casa, un pastelito, un vino, un mantelito y un pan recién horneado con un buen corte de jamón para un bocadillo.

• Postre individual

Un petit four o un croquembouche para que puedan seguir disfrutando del bautizo en sus casas.


4. La presentación lo es todo

El recuerdito no se entrega “en una bolsa” de papel (o peor aún, plástica).
Se entrega en una experiencia visual.

Siempre cuido:

  • Colores y materiales que armonicen con la decoración.
  • Empaque artesanal: cajas, tela de lino, listones.
  • Etiquetas caligrafiadas o sellos de cera con iniciales.
  • Pequeños toques: una tarjetita con palabras sinceras.

Cuando los invitados ven la mesa de recuerditos, deben sentir la misma emoción que al ver la mesa de postres o el altar.


5. Un gesto pequeño que se vuelve inolvidable

Muchas veces, los recuerditos parecen un “extra” que se deja al final. Para mí, son otra forma de contar la historia.
No tienen que ser costosos ni elaborados. Tienen que ser honestos, bellos y pensados.

Porque en la vida —y en los eventos— las cosas más pequeñas, cuando se hacen con amor, son las que realmente se quedan.

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