Hoy les comparto la primera comunión y el bautizo de dos hermanitas, Luciana y Rafaela. Estamos tan cerca de pascua que recordé este día tan lindo, celebrado en familia y conmemorando un momento especial en la vida de las dos chiquitas.

Un Bautizo y Una Primera Comunión

La celebración era para los niños (¡a los adultos los invitamos de compromiso!) y con esto en mente diseñé el menú, las decoraciones y todos los detallitos que tanto me encantan.

Los invitados podían servirse de un buffet de sándwiches y sopas. Te preparabas tu sándwich, a tu gusto, en el momento. Habían tantos goodies para llenar tu plato: filete, jamón, variedades de queso, diferentes tipos de panes—integral, baguette—lechugas y arúgulas y aderezos y dos tipos de sopa.

En cada puesto había un nido pequeño con el nombre del invitado. Todo estaba diseñado con pajaritos, que simbolizaban el Espíritu Santo.

¿Y como olvidar los postres favoritos de Luciana? Había algodón de azúcar blanquito, galletas, almendras, palomitas acarameladas, chicles, alfajores y cualquier otra delicia que un niño pueda soñar.

En verdad fue un sueño el evento de los chiquitines, pues bailaron con Hector Casas desde el medio día hasta la media noche, cada uno y cada una turnándose para quitarle el micrófono a Héctor.
Lo último: a cada invitado le regalamos una estampita bendecida. Los hermanos de las niñas las habían traído desde Roma, en su primera visita al Papa. También les regalamos un rosario.

Niño o adulto, este fue un evento que todos recordamos.