Mia’s Spotlight en abril es la boda de Anita y Orlando. Así terminamos el mes de bodas, lleno de detallitos y consejos para las novias, con este evento tan especial, que recordaré por siempre.
Siempre he asociado la luz con el amor. Las luces de un vela, una noche estrellada, el brillo encendido de la luna, una farola en calle empedrada: la más romántica ciudad es de la luz.
La boda de Anita y Orlando fue Luz. Ella brillaba como una luna blanca sobre los tejados. Habíamos dispuesto un toldo de luz, como si amablemente las estrellas hubiesen bajado a darnos calor.
Mia’s Spotlight: Anita y Orlando
Nos reunimos con los novios y sus mamas; cada uno tenía una idea muy específica, que la sobriedad hiciera resaltar la elegancia. Y que la alegría, la felicidad, y el festejo se exaltaran en un sola frase: que la parranda sea la luz que no se apaga.
¡Y todo esto se logró en tres meses! La pareja se comprometió en octubre, fijamos las fechas y comenzamos a planear en enero.
La novia confió en mi al cien porciento; en un momento me mencionó que quería foquitos y fue allí que surgió la idea del toldo de luz.
Shakespeare pudo escribir de esa tarde noche de verano. Al calor de las cuatro de la tarde, se celebró en la Basílica Menor de Nuestra Señora de Suyapa el matrimonio de Anita y Orlando. Las campanas sonaron.
Al concluir la ceremonia eclesiástica la pareja disfrutó de la luz dorada de los atardeceres hondureños.
El Trapiche
En El Trapiche los invitados celebraron bajo ese toldo de luz, compuesto de casi mil hilos de lucecitas.
La decoración consistía de mesas de madera, sin manteles, complementados con bares de barriles y guirnaldas verdes de eucalipto. El color: los vestidos de damitas color vino, al igual que las rosas que decoraban la boda. La armonía, era en si, una postal de Valentines.
Habían fuegos pirotécnicos y un carnaval, las damitas entregaron los diferentes accesorios, para que cada invitado se integrara.
El novio había recibido en su cuerpo el espíritu de Sinatra, su elegancia y destello, para bailar Strangers in the Night con su esposa.
Con esa música y ese feeling los invitados se acercaron a una estación de puros, hechos a mano y al instante, para exaltar el momento.
El Banquete
La bienvenida era con el espíritu del mojito, preparado por el bartender que mejor sabe hacerlo, según expertos y sus premios. La disposición de las bocas hacían parecer la infinitud junto a la cena de banquete y antes de la media noche, a petición del padre del novio, en honor a su Cuba, un lechón.
La frescura vino del ceviche, cada quien se lo preparó a su gusto—un poquito de chile, un poquito de esto, un poquito de todo.
Al terminar de escribir estas líneas siento que mi trabajo es solamente facilitar un trabajo angelical. Por cada pareja hay un ejército de ángeles; los romanos le llamaban Cupido, yo los reconozco en las madres, los padres y los novios, como Anita y Orlando.
Fotografía por Daniel Mendoza
Que bello relato y que boda más bella!!!
Wooow!! Me encanta su esencia, plasmar en cada detalle el sentimiento de una novia soy admiradora de tu trabajo, en lo que tengo de ver sitios y personas que se dedican a esto eres la primera que se nota que haces lo que te gusta y que plasmas tu rubrica en el infinito de cada detalle.
Definitivamente Daniel Mendoza you are the Best photographer that l ever seen in Honduras, Congratulations you are Wonderful With your Cam keep on going. You are so Pro.
Lindo e inspirador todo. Tienes un don especial que no dudo sea un regalo de Dios. Enhorabuena!!!