Mi historia del pastel comprueba que el mundo de los eventos no es perfecto. Aunque tengas todo planeado minuciosamente, a veces hay inconvenientes que nadie puede prever. Por eso, es importante tener el respaldo de una experta, como tu Wedding Planner. Ella tendrá un Plan B, y hasta un Plan C, para cerciorarse que tu día bello no se arruine por aquellos pequeños atrasos.
El Problema con el Pastel
Siempre ha sido mi costumbre decorar el pastel de bodas con flores naturales, para darle un toque personalizado que no se puede repetir nunca. Lo único que tiene que hacer el pastelero es un pastel de fondant sencillo, de un solo fondo. Después, me encargo de poner cada flor en su lugar.
En una “destination wedding” reciente, hice un par de llamadas para contratar a la persona ideal en Roatán que nos hiciera el pastel. Hicimos las pruebas de sabor como acostumbramos, haciendo algunas cuantas correcciones (más sabor a mantequilla que manteca, un fondant delgado), y la pastelera estuvo de acuerdo con nuestras opiniones. Parecía comprender todo, y me sentía confiada, ya que había visto su Facebook y sus fotos aparentaban una mano practicada. Hasta me la habían recomendado: hice consultas a las personas expertas en bodas/eventos de la zona. Todo iba bien.
Se mandó a hacer el pastel.
El día de la boda, todo estaba listo para el montaje de la mesa de postres, cuyo enfoque central era el pastel. Habían chocolates importados de Estados Unidos, dulces ecuatorianos, alfajores de mil tamaños, y trufas, trufas, trufas.
La pastelera había colocado la primera torta sin dificultad alguna, pero cuando me acerqué, noté que estaba batallando con la segunda torta, la cual se tambaleaba de un lado al otro, amenazando como alguna Torre de Pisa blanqueada.
“He hecho pasteles antes: con una mirada, sabía que aquella torre no tenía futuro.”
Le pregunté porque no me había dicho que no tenia experiencia montando pasteles, el pastel torcido en mi reojo. Ella insistía que se miraba perfecto.
Solución
Primero llame a la novia y le expliqué, calmadamente, lo que sucedía. Faltaban dos horas para la boda; cualquier novia se estresaría, pero ella estaba sin preocupación. No te preocupes. Whatever.
Una vez asegurada que la novia estaba feliz, me enfoqué en el pastel. Decidimos no montar la torta, y en vez, optamos por cortarla en la cocina, repartiéndola después de la cena, para que nadie sintiera que hacía falta.
Así, hubo pastel, pero no se vio. Evitamos una semejante torta.
La Lección
Siempre van a suceder cosas a ultima hora, pero lo importante es no perder la calma, enfrentar los obstáculos, y tomar la mejor decisión para la novia y para el evento.
Fotografía de Daniel Mendoza
Dificultades siempre tendremos, que bueno que pudieron librarla.
Me encanta su trabajo
Muchas gracias Irma! Así es, siempre tendremos contratiempos pero lo importante es tener calma para saber encontrar la solución.
Es interesante leer esto ya que siempre se piensa que todo debe salir 100% perfecto en una boda y la frustración de no conseguirlo puede arruinar completamente la boda. Me encanto saber que pudieron sacar adelante la boda y la actitud de la novia perfecta la aplaudo!
Muchas gracias Karen por visitarnos en el blog! La actitud de la novia es clave durante todo el proceso de la planeación, y la novia en este caso fue linda y comprensiva. Gracias a esto, nadie notó el contratiempo y ella disfrutó al máximo su día!
Te luciste en todo lo demás que el pastel a mi tampoco me hubiera importado!
como dice la novia Whatever! jajaja sos lo máximo anamaría!
Que linda Ali!! TQM gracias! Lo máximo esa novia felíz y relajada!