Después de más de dos décadas diseñando eventos, he aprendido que los momentos más pequeños a menudo son los más significativos. Y si hay un tipo de evento que me conmueve profundamente, es el bautizo.
Es una celebración íntima, llena de ternura y significado. No se trata de grandes producciones, sino de crear un ambiente cálido, sagrado, estéticamente impecable… donde el amor se respira en cada rincón.
Y como todo en mi trabajo (y en mi vida), cada detalle importa. Desde la mantelería hasta la flor más pequeña, pero especialmente… la invitación.
El inicio de todo
Para mí, la invitación es el primer capítulo del evento. Es la antesala de la experiencia.
Es ese sobre que llega con cariño, que se abre con las manos y se guarda con el corazón.
Por eso, en cada bautizo que diseño, me involucro personalmente en la elección de la papelería. No es una tarea más, es un conjunto seleccionado con amor y cuidado de los detalles.
Todo debe hablar el mismo idioma
Cuando me siento a planear un bautizo, comienzo imaginando el ambiente:
- ¿Será un desayuno en casa, con mesas blancas y limones frescos?
- ¿O una recepción elegante con toques botánicos y manteles bordados a mano?
- ¿Quizás un jardín al atardecer con tonos neutros, ramas de olivo y música suave?
A partir de ahí, la invitación debe reflejar exactamente eso.
Los colores del papel, la tipografía, la textura… todo tiene que anticipar lo que los invitados vivirán ese día. Porque la belleza, cuando es coherente, toca el alma.
Materiales que se sienten
Amo el papel que tiene peso, que tiene textura.
El papel de algodón, los detalles en letterpress, el borde biselado… No solo se ven hermosos, se sienten especiales al tacto.
Escojo colores suaves —marfil, blanco cálido, gris pálido, nude— y acentos delicados:
- Resaltado al calor, paper pressed o impreso
- Un sobre forrado con estampado sutil
- Vellum
- Un lazo de seda teñido a mano
Porque todo habla. Hasta el sello.
La redacción también importa
Siempre me involucro en el texto. Tiene que sentirse humano, afectuoso, claro.
No me gustan los textos impersonales. Prefiero escribir algo que suene como nosotros mismos:
LUCIANO Y CAMILLE PASSILY
TIENEN EL AGRADO DE INVITARLES
A LA CELEBRACIÓN DEL SACRAMENTO
DEL BAUTISMO DE SU HIJA
VALENTINA
EL SÁBADO CINCO DE DICIEMBRE,
A LAS DIEZ Y MEDIA DE LA MAÑANA EN LA
CAPILLA SAN JUDAS TADEO,
COMPLEJO BASÍLICA DE SUYAPA
A CONTINUACIÓN RECIBIRÁN EN LA
RESIDENCIA DE LA FAMILIA PASSILY SANTOS
Es simple, elegante, verdadero. O si prefieres un texto más corto y puntual:
TE INVITAMOS AL BAUTIZO DE
VALENTINA
EL SÁBADO CINCO DE DICIEMBRE
A LAS DIEZ Y MEDIA DE LA MAÑANA EN LA
CAPILLA SAN JUDAS TADEO
RECEPCIÓN A CONTINUACIÓN
RESIDENCIA DE LA FAMILIA PASSILY SANTOS
LUCIANO Y CAMILLE PASSILY
Todo armoniza con la decoración
La invitación no está separada del evento. Es parte de él.
Si el bautizo tiene una paleta botánica, la papelería también.
Si usaremos lino natural, papel hecho a mano.
Si hay flores blancas y ramas verdes, la ilustración debe respirar ese mismo aire.
Trabajo de la mano con los diseñadores gráficos y calígrafos que entienden este lenguaje.
Les muestro las telas, las flores, el menú. Y juntos creamos una pieza que no solo informa, sino emociona.
Porque al final, no es solo papel
Es la forma en que invitamos a alguien a un momento íntimo, puro y sagrado.
Es una carta de amor. Es la primera impresión de algo que hemos cuidado con el alma.
Y como siempre digo:
la elegancia verdadera no está en lo grande, sino en lo pensado.
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