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Una Boda en Verde: Vivi y Felipe

Bodas

El blog:

Hoy vamos a pintar un mundo en verde. Color callado, pero a su vez intrigante y misterioso, una paleta natural y naturalmente diferente, como si trasladamos todo lo bueno de nuestro paisaje a un solo lugar por un solo instante: una boda en verde, para una pareja especial, Vivi y Felipe.

Esta boda representaba un reto único: como traducir la esencia de una pareja tan única, tomando en cuenta los deseos de la familia y la pareja a la misma vez. Por una parte, una boda tradicional, elegante, deslumbrante y divina, y por otra, un evento diferente, fuera de lo cotidiano—pero todo en armonía, y todo en verde.

Boda Verde: Detalles

Es lo primero que les quiero compartir: desde las invitaciones, un sobre de verde oscuro, y formidable, el primer vistazo de lo que está por venir. Las damitas (¡bellas!) se visten en trajes de esmeralda, brillan en el resplandor de la tarde hondureña, y acompañan a la novia hasta el altar.

Y luego, la recepción, que también alardea sus mejores trajes, muebles tapizados con ese tono olivado, un verde azulón contrastando con los blancos y los dorados…

Flores y Flores

Olvidemos las flores blancas y tradicionales, tan solo por un momento. En vez, hablemos de verónicas y alcatraces, stock y anemonas. Coloquemos cada flor delicadamente sobre la mantelería verde, sobre las mesas de vidrio con hierro negro, contra el piso de madera y el tintineo de las velas.

La Chef Manda

Vivi es una chef pastelera con gusto exquisito, y por supuesto que tuvimos que resaltar la mesa de postres (aún más que el bufet de la comida), ubicando la mesa en el centro como punto de enfoque. ¿Cuál cheesecake, cuál tartaleta de fresa? No. Queremos algo más.

Tequila o Te Quiero

Armamos un bar de tequila espectacular, cuidado por nuestra querida Frida Kahlo. La familia de Felipe es de Monterrey, y la pareja es amante del tequila (me pregunto quien no). Entonces, procuremos una botella especial a la vez, busquemos entre los estantes, localicemos el sabor perfecto, determinemos las características preferidas, finalmente encontrar el premio: El Tesoro de Don Felipe.

Y claro, el tesoro de Felipe, en este caso, es Vivi.

¿Donde Bailamos?

Había estado repasando revistas y fotos en mis redes sociales, y cuentas de diseños de interiores, rebuscando el diseño perfecto para determinar aquel elemento tan importante de la boda: la superficie. Y finalmente aterrizamos con un diseño único. Solo quedaba bailar.

Más Diseños: El Cielo en Movimiento

Antes, hemos diseñado elementos decorativos diferentes, como las flores colgantes de Dani y Walter, o el cielo de flores del jardín encantado, pero este montaje fue diferente. Colgamos cuerdas del cielo en un diseño geométrico, suavizado por curvas imposible, como si el mismo aire se moviera en cámara lenta: estábamos presenciando un momento tan especial, que hasta el tiempo tenía que comportarse de otra manera. Nestor Gamez hizo este sueño realidad.

El Entreacto

Pero falta lo mejor, no se preocupen. Tomemos una corta pausa, hagamos un cambio pequeño. ¿Se tienen que ir los invitados? No, claro que no, los invitados permanecen, platicando, disfrutando, probando los tragos de tequila especiales, celebrando a la pareja tan bella, un postre por aquí, un abrazo por allá…nadie se tiene que dar cuenta. Pero por si acaso, bajemos el telón—el telón verde, por supuesto—y cerremos la entrada. Todo esto sucede a plena boda. Reorganizamos el escenario, y el telón nuevamente levanta: hemos cambiado la boda.

Colocamos mesas de picnic, con puestos de tacos, algodón, un artista grafitero diseñando un mural para la boda, rock y blues en guitarra eléctrica, hamburguesas, Coca-Cola en botella de vidrio. Olvidemos los vestidos y la ropa de gala, solo por un segundo. El panorama ha cambiado. Imagínate a todos, en sus mejores trajes, sentados en las mesas de lo que parecía un bar en una ciudad cosmopolita.

El Pastel

El pastel parecía hecho de piedra, como si fuera un objeto histórico. Pero no, le agregamos plumas de azúcar, que parecían volar hacia los invitados. No era un pastel cotidiano. Signature Cakes logró continuar el cuento que contamos: una boda diferente para una pareja tan especial.

Cerramos con la Entrada

Y quiero cerrar con la entrada a la boda. Cuando los invitados llegaban a la casa, pasaban por un bosque de luces, entre miles y miles de foquitos colgando. Nos tardó por lo menos dos meses terminar esa instalación, asegurándonos que cada lucecita ni se le ocurriera parpadear, asimilando la carga de electricidad, que los camiones del montaje pudiesen pasar sin ningún percance…en fin, les aburro con esa logística, entonces los dejo con la imagen.

Las bodas tienen diferentes formas, tienen diferentes diseños, son siempre una representación de la pareja y su amor. Hay bodas elegantes, floreadas y verdes. Todas son bellas, todas son especiales, y contar esta historia de amor es solo un recordatorio que la magia de una noche como esta no se limita a la mantelería, o la rosa delicada, o incluso la mesa de picnic. Es todo un conjunto, intricado y detallado y complicado, igual que cada uno de nosotros. A Vivi y a Felipe les deseo una vida de felicidad y amor, con entreactos y elegancia a la misma vez, infinitos postres y rondas de tequila. Todo esto y más se merecen.

 

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