Hoy les quiero contar de mi butler pantry, mi nuevo espacio favorito en la casa. Estoy obsesionada con mantener el orden en mi vida, y gracias a Better Kitchens, el proceso para crear esta despensa de sueño fue mágico. Sigue leyendo para conocer los detalles…

Una semana normal: levantarse antes del amanecer, lavarse el pelo–tratamiento cada dos o tres días–después la secadora y la plancha, atuendo bonito, pero siempre profesional, maquillaje leve, preparar desayuno (para los niños también si es día escolar, y a tu hija no le gustan las zanahorias), despertar la casa, buenos días ya es hora, dar besitos y abrazos, despedirse de los perritos, montarse en el carro (¿y a qué hora contestar en el chat de familia?), manejar hacia la oficina donde comienza el día laboral y debemos enfrentar mil y un obstáculos y problemas y encontrar soluciones; todo esto sin perder la calma.

A las cinco de la tarde (mentira que a las cinco, siempre es más tarde) salir a batallar el tráfico urbano, ansiando la casita con su luz tenue, su nitidez, su promesa de descanso. Es así, ¿no?
Y después de todas esas horas de caos, que bello imaginar nuestras casas sin patitas de perro en la sala, sin libros des-alfabetizados, sin trastes en el lavamanos. Que bello imaginar un refugio, donde el orden manda, donde podemos verdaderamente bajar la guardia. Si tan solo existiera ese lugar.

Better Kitchens

En mis pocos minutos de tiempo libre, me paso viendo fotografías en Pinterest de casas organizadas. Soy obsesivamente organizada, pero…bueno, pese a las patitas en la sala, amo a mis perros.
Además de buscar el orden y el balance en todos los aspectos de mi vida, siempre me ha gustado comprar vajillas–creo que el impulso viene de mi mamá. Antes de casarme había comenzado mi colección de vasitos y platitos y tenedores para aperitivos. Como mi casa es pequeña, no tenía espacio para almacenarlo todo. Tampoco tenía tiempo de sentarme con un arquitecto tres horas, enseñarle fotografías de mi Pinterest, explicarle, detalle por detalle, lo que quería y confiar que lo ejecutarían como lo esperaba.

Entonces, me comuniqué con Better Kitchens, les pregunté si podían ayudarme, y me dijeron claro que sí.

Fue así de simple. Cero complicaciones. Comunicación por Whatsapp, vinieron a medir el espacio–sin que yo estuviera allí, tenía una reunión que no podía perder–les expliqué lo que quería y en dos semanas tenía mi mueble de sueño.

Pero, más que un mueble, más que una mejor cocina, ahora tengo un espacio mío, donde el orden manda, donde en verdad puedo bajar la guardia. En este espacio blanco, rodeada de mis calaches tan queridos, la inspiración de anfitriona visita sin pedir permiso. Aquí puedo respirar después de un día larguísimo, ordenar mis pensamientos, motivarme a seguir organizando mi vida. Es mi lugar favorito en casa.
Muchísimas gracias Better Kitchens por darme ese lugar.

Fotografía: Joan Hidalgo