Hoy quiero compartirles el proceso de planeación de una boda espectacular, una boda tan única como la novia que la soñó. Me encanta trabajar con novias que sueñan sin límites, que quieren una noche diferente a lo que prometen todas las revistas y todos los anuncios. Sigue leyendo para conocer los detalles detrás de la boda de Arianne & Luis…

En el 2017, la inspiración es instantánea y está al alcance de todas. Podemos encontrar una infinidad de fotografías divinas en diferentes sitios web–yo soy fanática de las tardes que le dedico a mis Pinterest boards. Amo aprender de los detalles de otras wedding planners, inspirarme y enamorarme más y más.

Pero, ¿qué pasa cuando una novia ignora los limitantes de Pinterest?

Les voy a contar de una boda en azul.

No, la verdad, les voy a contar de una boda en azul en otra ocasión. Les voy a contar de cómo llegamos a crear una boda en azul.

SENTIMIENTO (es decir, feeling)

De aquí partimos: no partimos de un arreglo floral, ni de la boda de Kate Middleton, ni de las revistas, nada de eso. Lo que queríamos era crear un sentimiento único, un feeling que envolvía a todos los invitados y los hacía compartir el amor de la pareja.

Era la bebecita de la casa, la familia se despedía de las bodas y se despedía de su consentida, una mujer inteligente, trabajadora, empoderada. Y ella, desde nuestra primera reunión, me dijo lo que quería, sin apoyo de imágenes de otras bodas. Me dijo, quiero una boda que se sienta alegre. No sé exactamente que detalles quiero en mi boda, pero si te puedo decir que detalles quiero en mi hogar.

La inspiración de esta novia venía de un hotel colombiano, venía de la casa de mi mamá, venía del azul, venía de un sentimiento que no se podía trasmitir en fotografía.

Entonces, nos decidimos por una boda en jardín, pintada de azul.

Arianne & Luis

Escogimos la casa de campo de la familia, donde todas las bodas de todos los hermanos se habían celebrado, donde los niñitos disfrutaban de sus piñatas, un jardín vivo con memorias familiares, latiendo con recuerdos y risas y ese feeling que tanto queríamos capturar. Un jardín encantado, infinidad de verdes, arboles viejos que fueron testigo de la boda del primer hijo…era un lienzo perfecto.

Y si, el jardín fue una gran ventaja, pero la única manera de lograr una boda así, libre de Pinterest, era con confianza. La mamá de la novia nos confió implícitamente durante todo el proceso. Nuestro tiempo juntas–la novia, su mamá, mi mamá y yo–no parecía trabajo. Confiaba en nuestro gusto, delegaba, pero también aportaba su valioso criterio con cariño.

Las cuatro (novia, mamá, planner, mamá) compartimos este proceso tan especial. Sufrimos juntas al tratar de escoger la lámpara perfecta para la boda, mandando fotografías de diferentes opciones, tal vez fueron tres, treinta (o ciento cincuenta y dos diferentes opciones que vimos), pero al final, cuando tomamos la decisión, se sentía como un logro de todas.

Así fuimos finalizando el menú, la música, las plantitas, nunca exagerando en ningún detalle, nunca demasiado, sino priorizando y haciendo lo que teníamos que hacer para que las personas se sintieran bienvenidos y bien-recibidos…pero bueno, no me adelanto, eso es para otra ocasión.

Sólo así se logran las cosas verdaderamente bellas. No digo que no se vale inspirarse, pero si creo que cada novia es diferente y solo cuando tratamos de aproximar esa belleza innata es que los momentos superan las fotografías y se convierten en una inolvidable realidad.

Esta historia continuará…

Fotografía: Darcy Benincosa