Las flores son un elemento esencial en cualquier evento. Le brindan vida al panorama de tu celebración. Es importante distinguir a floristas capaces y con gustos similares al tuyo; tu Wedding Planner también debería de entender el concepto artístico que intentas realizar. Por eso, decidí atender el Flower School de Nueva York, para poder brindarles a las novias una experiencia completa.

Flower School of New York

Amo las flores. Siempre le he dedicado tiempo a mi jardín, regando las hortensias, cuidando mi arúgula. En todos mis eventos, le presto atención especial a cada arreglo de mesa, a cada ramo de novia.

Buscando formalizar mi conocimiento, se me hizo indispensable la inscripción en un curso de flores. Después de hablar con mi amiga Julia Lake, decidí atender The Flower School en Nueva York.

¡Hola Nueva York!

El curso intensivo de tres días se llevó a cabo a finales de mayo. En esa ciudad de rascacielos y maravillas, me perdía por cada avenida, trastornada con las bellezas escondidas de la ciudad. Me paseaba sola por Nueva York, en esta experiencia bella e independiente.
Después de buscar y rebuscar el sitio donde se llevaría a cabo el curso, llegué a una vitrina bella, con arreglos de flores, cada pétalo delicado puesto en su lugar. Aquí es, pensé.

Flores de Princesas

El curso lo manejaba Shane Connolly, el florista de la boda de la Princesa Kate y el Príncipe William.

Era un curso de solo ocho personas, así que el aprendizaje fue íntimo y personalizado a cada integrante.

Shane nos enseñó como crear ramos divinos—desde la selección de flores hasta como hacerlos cómodos para la novia—y la dueña de The Flower School nos hizo compañía.

También aprendimos a hacer coronas de flores, un trend fabuloso en el 2015.

Nos dedicamos a los centros de mesas y sus diferentes estilos.

Shane nos explicó la diferencia entre un jardín inglés y un jardín francés. En base a estas características elaboramos nuestros centros de mesa.
Y lo mas bello fue la excursión al New York Public Flower Market, una calle completamente dedicada a las flores, con estantes de mil colores dominando las aceras.

Regresé a Honduras enriquecida y entusiasmada, lista para imaginarme cada arreglo de mesa, dirigir cada ramo de novia. No podía esperar para diseñar mi primer evento como florista entrenada.