Búsqueda eterna, odisea imposible, aventura deliciosa…llámesele como se le llame, hoy les quiero compartir la quinta (¿sexta o séptima?) receta. Te quiero tanto que te quiero dar la receta para el mejor pound cake del mundo. Sigue leyendo…
Para gustos, colores; para Anama, pound cake, pastel de libra, marquesote, con fruta o sencillo, el de Sara Lee o el que hice la semana pasada—seguimos con la búsqueda eterna del pound cake perfecto.
Siempre pienso que ya llegué, que encontré la receta perfecta. Y hacemos pruebas, llamo a mis degustadores, hacemos un cafecito…y pienso, lo logramos.
Me quedo satisfecha con la torta divina: no más libros de recetas, o pins de Pinterest, olvido el hashtag #poundcake, este el mejor, en verdad—aunque pensaste lo mismo la última vez hasta encontrar el mejor…no, ya, esta vez la receta es distinta, el cuento es distinto, no es lo mismo que los últimos cuatro (¿o cinco?) que les juré eran los mejores—bueno, uno siempre se puede equivocar, además que como voy a probar todas las recetas de pound cake habidas y por haber, aún y cuando son recetas sencillas, con ingredientes básicos—no podría probarlas todas, no, no, imposible, Mike se aburriría de tanto pound cake—pero, ¿y si hay otra receta?
Y después encuentro otra receta.
Tal vez hay recetas como hay personalidades: millones, imposibles de replicar y comparar, algunas más airosas y delicadas, otras dulzonas imposibles (les llamamos sweethearts en inglés), otras intensas, apasionadas y fuertes—hasta existen las personalidades empalagosas.
Conozco a coleccionistas de cualquier índole: tazas, monedas, gorras de equipos deportivos…cada quien, para gustos colores.
Necesitarás…
- 1 libra de mantequilla, a temperatura ambiente
- 3 tazas de azúcar
- 6 huevos grandes
- 4 tazas de harina para todo uso
- ¾ taza de leche
- 1 cucharadita de extracto de almendras
- 1 cucharadita de extracto de vainilla
Instrucciones
- Batir la mantequilla a velocidad media con una batidora eléctrica hasta que esté cremosa. La mantequilla se volverá de un color amarillo más claro. (Este es un paso importante, ya que el trabajo de la batidora es incorporar aire a la mantequilla para que el bizcocho suba. Tardará de 1 a 7 minutos, dependiendo de la potencia de tu batidora.)
- Poco a poco agrega el azúcar, batiendo a velocidad media hasta que esté suave y esponjoso. (Nuevamente, los tiempos variarán y la mantequilla se volverá blanca y esponjosa).
- Agrega los huevos, uno a la vez, batiendo hasta que desaparezca la yema amarilla de cada huevo antes de agregar el siguiente.
- Agrega la harina a la mezcla cremosa alternando con la leche, comenzando y terminando con harina. Batir a velocidad baja hasta que quede bien mezclado después de cada adición. (La masa debe quedar suave y los trozos de harina deben estar bien incorporados; para eliminar los grumos de la masa, revuelve suavemente con una espátula de goma).
- Agrega los extractos.
- Vertir en un molde tubo de 10 pulgadas, engrasado y enharinado.
- (Se puede usar manteca vegetal o mantequilla para engrasar el molde, cubriendo cada rincón y grieta. Espolvorear una capa ligera de harina sobre la superficie engrasada).
- Hornear a 300° F durante 1 hora y 40 minutos o hasta que un palillo largo insertado en el centro salga limpio. Enfriar en una sartén sobre una rejilla de alambre de 10 a 15 minutos. Desmoldar y enfriar completamente sobre una rejilla de alambre.
- Disfrutar.
Para obtener los mejores resultados, te dejo un par de tips:
- Deberías precalentar tu horno a 300° F antes de comenzar.
- También ablandamos la mantequilla a temperatura ambiente durante 30 minutos previo a empezar.
- Yo usé harina Pillsbury de todo uso.
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